La magia (del latín magīa, derivado a su vez del griego μαγεία mageia, ‘cualidad de sobrenatural’, probablemente del antiguopersa maguš, que contiene la raíz magh-, ‘ser capaz’, ‘tener poder’, haciendo referencia a la antigua casta sacerdotal persa y a su vez del sánscrito maga, ‘ilusión’, de la raíz may, ‘obrar’, ‘mover’)1 2 3 es el arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.
Contextualización de la magia
Inversamente a la Teología, Filosofía y a las ciencias ortodoxas que versan e importan sobre las causas, la magia, para autoformularse y autodefinirse, se define como la manifestación de la supuesta veracidad maravillante de algunos efectos que no requiere averiguar sus causas. Conocer las causas o que el efecto no sea maravilloso extingue la magia y el pensamiento mágico migra a otros tipos de pensamiento, (de los supuestos «efectos mágicos» se deriva la metonimia histórica con la medicina y la farmacología).
A través de la aceptación de la existencia de la magia, se acepta implícitamente a ésta como la causa abstracta o seudoabstracta del efecto mágico, como un principio o verdad primaria a partir del cual se desarrolla toda la parafernalia seudológica. Desde tiempos muy remotos, se aspira a develar, a conocer y a usar lo que presumiblemente estaríaoculto a los sentidos (Cognición), oculto a la percepción sensorial clásica, a la lógica, a la razón y al criterio. Estos son, como mínimo, los tres elementos esenciales a la magia genérica:
- Un «efecto» que se percibe como «maravilloso» cuya causa sea desconocida e «inexplicable» en el momento considerado.
- La magia no busca axiomas imperativos, una antonomasia de la magia es el tópico del «objeto que aparece de la nada» o por arte de magia, la magia es la causa misma.
- Entre sus atribuciones funcionales más antiguas y características (arquetipo) estaría la facultad de la adivinación, que no se debe conceptualizar junto con la profecía.
La magia, en su acepción más arcaica, es disidente del axioma racional que afirmaría que el universo estaría exclusivamente gobernado por las «leyes naturales o materiales» conocidas o por conocer y habitado solo por la materia. Esta magia arcaica, con un criterio inherente de dualidad espíritu-materia, dio origen al pensamiento mágico y en el entorno de las primeras civilizaciones, a dos clasificaciones evolutivas de la magia, historialmente llamadas «magia natural» y «magias no naturales o filosofías ocultas».
Magia natural y magias no naturales o filosofías ocultas
En algún momento de la historia de la humanidad, estos dos conceptualismos de la magia comenzaron a divergir. El dramaturgo Lope de Vega, en su libro Pastores de Belén, dedicó unos párrafos para describir literariamente las diferencias de estos conceptos en la cultura de su época:
«(...) La Magia natural no has de entender, que es aquella en que se consultan los infernales espíritus, con tan infame nombre como le han dado en las divinas y humanas letras (...) Los maléficos son aquellos que usan sangre, víctimas y cuerpos muertos, como la Pitonisa, que a Saúl le truxo el cuerpo de Samuel, para que le respondiere. Verdad es, que ya el nombre de Magos, se va introduciendo por los que exercitan lo que digo, como la Astrologia por abuso ha venido a ser vituperada, siendo lo mismo que la Astronomia: y a si dicen algunos que Pitágoras, Empedocles, Democrito y Platón fueron llamados Magos, a la manera de Zamolxis y Zoroastro, el hijo de Oromasco. (...)»
Magia natural: Fueron definidos como «la magia natural» todos los fenómenos naturales observables en los cuales interviniera o estuviera presente la materia aunque fueran inexplicables. Así fue considerada y desarrollada la astrología por los persas, cuyos artífices eran llamados «los mágicos o magos», ésta devino en la astronomía. Aún en el siglo XVII el célebre pedagogo y físico alemán Gaspar Schott (jesuita) titulaba sus textos de física (que él mismo elaboraba y luego impartía a su alumnado) «magia acústica y magia óptica» (escritos en latín), en clara alusión al recuerdo del significado etimológico arcaico de la «magia natural», frase reservada en latín para aludir a la fenomenología física todavía inexplicable científicamente en su tiempo, como la luz y el sonido.
Magias no naturales, teologías o filosofías ocultas: En síntesis, una posible definición genérica sería la «idea de establecer un contacto de relación con cualquier tipo de entidad espiritual o mecanismo sobrenatural». Contactos de relación, tales como la invocación, evocación, adivinación, numerología o las cábalas, entre muchos otros. Otra clasificación subjetiva y arcaica establecería a las entidades y mecanismos sobrenaturales.
Véase también: Ciencias ocultas
Etiologías de la magia
Pensamiento mágico: La magia se constituye, como primera etiología, en la matriz del Pensamiento mágico mediante el cual se presume la capacidad de percibir y de efectuar alteraciones físicas o psíquicas de toda índole, a voluntad o sin ella, no siempre sujetas a las leyes de la naturaleza.
Entidades materiales y espirituales: El rayo, el fuego, el sol, la oscuridad, estrellas, terremotos, espíritus o almas que habitarían el aire, el agua, bosques, cuevas, elfirmamento, lugares específicos de la tierra, etc. Se supone actualmente que durante la prehistoria, para la interacción con la «magia de la naturaleza» y con las «magias o filosofías ocultas» se habrían servido los «mágicos» de procedimientos metódicos, en ocasiones rituales, donde se usarían palabras específicas o reservadas e instrumentos dedicados, en ocasiones consagrados, a la intervención o mediación de las entidades materiales y espirituales sobrenaturales de cualquier tipo y que constituyen una segunda etiología.
La magia en la Antropología
La magia según Frazer
Según Frazer, el pensamiento en el que se fundamenta el concepto de la magia consiste en un conjunto de prácticas y creencias a los que individuos de una sociedad recurren para crear un beneficio o conseguir un fin, relacionándolas a su vez con cierto orden en la naturaleza, ya sea como grupo, cuando una limitante natural afecta severamente en la organización social del mismo (una sequía o la infertilidad) (hechicería), o a nivel individual, cuando se requiere, por ejemplo, deshacerse de un enemigo que amenaza la vida (tabú).
Los evolucionistas distinguieron notablemente las profesiones públicas bajo las que se constituía una u otra sociedad;
- La función del mago desempeñó en muchas sociedades un papel fundamental en la toma de decisiones importantes.
- Los consejos de mayores, distinguiéndose en general la tendencia a los consejos de mayores, quienes representaban la cabeza de gobierno de las sociedades «salvajes».
Representó un punto medular en los estudios que trataron de comprender la organización de sociedades no occidentales que contrastaban con las occidentales. Se puede dividir en dos vertientes de análisis, por los procesos mentales, según los principios abstractos en los que se basa la práctica de la magia, bajo una ley denominada de empatía.
Es por esta razón que en esta línea de pensamiento la magia es predecesora a la religión en una escala evolutiva, es decir, que la magia corresponde a un estadio de grado de evolución de ciertas sociedades consideradas salvajes y la religión a otras que se suponen con mayor grado de civilización. He ahí el interés de su estudio, que trató de comprender el punto en que la magia deja de ser tal para convertirse en religión y así marcar un avance social hacia otro estadio evolutivo.
Frazer entiende a la magia como la expresión de reglas que determinan la consecución de acontecimientos en todo el mundo, como magia teórica; y considerada como una serie de reglas que los humanos cumplirán con objeto de conseguir sus fines, como magia práctica. Esta se divide en dos tipos, cada uno de ellos se funda bajo los principios de semejanza y contacto:
- Magia imitativa. Relacionada a que lo semejante produce lo semejante. Esto se refiere a los efectos provocados a algo o a alguien semejaran a las causas que lo provocaron, se puede abarcar desde quién usa la magia, quién la práctica, hasta con qué fines.
- Magia contaminante. Que se alude a las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan recíprocamente a distancia uniéndolas por siempre un lazo, después de haber sido separadas, también presente en la Homeopatía.
Para llegar a un entendimiento es necesario recurrir a ejemplos que puedan figurar dentro de estos esquemas. En La Rama Dorada de Frazer, en todo momento refiere ejemplos de sociedades exóticas, por así llamarles, que hasta cierto punto parecen estar intactas ante el mundo occidental, aunque lo cierto es que estas sociedades se encontraban ya teniendo contacto con el hombre occidental, quien se hallaba colonizando sus territorios.
Frazer considera que los principios de asociación de ideas aplicados de manera errónea producen la magia, a la que incluso considera como «hermana bastarda de la ciencia».[cita requerida]
La magia según Caro Baroja
Según Julio Caro Baroja la magia —como la religión en general— deriva de la "concepción primaria del mundo y de la existencia" que se caracteriza por una visión "dramática de la Naturaleza, en la que lo divino y demoníaco, el orden y el caos, el bien y el mal, se hallan en pugna constante y con una existencia ligada al hombre mismo". El hombre primitivo—o mejor, primigenio— no considera la Naturaleza "en abstracto como algo impersonal, indiferente y articulado" sino que para él es "algo directo, emocional e inarticulado. Es un ser al que el hombre se dirige como en segunda persona: no es «él» («el cielo», «la tierra»), es «tú»".4
La consecuencia de esta visión "dramática" o "vital" de la Naturaleza fue "que en muchos pueblos de Europa y también de otros continentes, el cielo, el firmamento azul, el día iluminado, se asociaron a la noción de un principio superior, ordenador, masculino y paternal, a la idea de una divinidad suprema en suma" —como Zeus o Júpiter del panteón grecorromano—, y en el que el sol representaba ideas tales como "fuerza, belleza, vigor, la vida en suma". Por el contrario la luna, la noche y la tierra se asocian con un principiofemenino, con la muerte y con los infiernos. La luz de la luna, a diferencia de la del sol, es fría e indirecta, muerta; durante la noche la vida se paraliza y reina la muerte; la tierra es donde residen las almas de los difuntos que aparecen por la noche y debajo de ella viven los seres del inframundo, de los infiernos, pero además es la madre de todo —principio femenino— del mismo modo que el firmamento es el padre —principio masculino—, lo que ha dado lugar al culto a diosas madres "con carácter ctónico y con carácter lunar".5
Así la "concepción primaria del mundo y de la existencia" se articula en torno a dos sistemas: "uno, el que forman el Cielo de un lado como elemento masculino, expresión de lapaternidad, de la autoridad superior y el otro la Tierra como elemento femenino, expresión de la maternidad y de la fecundidad. El otro sistema es el que constituye el Sol y el Díacomo Vida, como Fuerza, como Bien y la Luna y la Noche como Muerte y como Mal; como elemento femenino asimismo, pero no tan fecundo como la Tierra". En estos dos sistemas quedan encuadrados no sólo los fenómenos físicos, sino también los hechos morales, porque "sólo un pensamiento analítico llega a separar al fin lo natural de losmoral de modo absoluto".6
Magia y religión
Según Caro Baroja, durante mucho tiempo se sostuvo la tesis de que el pensamiento mágico era más antiguo o primitivo que el pensamiento religioso y que los procedimientos mágicos (benéficos o maléficos) "eran anteriores, en conjunto, a los procedimientos propios de las sociedades con una religión organizada y con ritos adecuados para impetrar el favor de la Divinidad o de las divinidades. Del conjuro con que se expresan la voluntad y el deseo... se pasó a la oración, que implica acatamiento y vasallaje". Frazier fue el autor que acabó de perfilar esta teoría, aunque era consciente de que los hechos que se reputaban como mágicos muy a menudo se daban asociados a los considerados como religiosos. En ese caso daba por sentado que los primeros correspondían a una fase diferente y anterior a la de los segundos.7
Frazer consideraba que el primer golpe que transformó a la humanidad, para desistir de la magia como regla de fe y práctica, fue reconocer «su impotencia para manejar a placer ciertas fuerzas naturales que hasta entonces se habían supuesto dentro de su mandato».[cita requerida] Dentro de esta concepción es posible entender que la inteligenciade los hombres comenzaba a percibir que la práctica de la magia no producía precisamente los resultados esperados, que con anterioridad significaban una realidad. A esto le siguió un largo período de un pensamiento reflexivo que hizo la transición hacia la religión de manera gradual, por el mayor conocimiento de las fuerzas con un poder superior al del hombre y el desarrollo del conocimiento. Frazer concluyó que el paso definitivo de la magia a la religión se da en «la confesión de la entera y absoluta dependencia del hombre con respecto a lo divino»,[cita requerida] culmina con la sumisión del hombre ante la inmensidad del universo.
Julio Caro Baroja afirma, por el contrario, que religión y magia en el mundo antiguo formaban parte de un único sistema. Señala que a Frazer y a sus continuadores ya les resultó muy difícil "separar lo estrictamente mágico de los religioso, en sistemas tales como el de la religión de los egipcios, caldeos y otros pueblos antiguos. Y lo que se deducía a la postre de su inmensa colección de datos y de otras colecciones parecidas era que no solamente los ritos religiosos estaban unidos con enorme frecuencia a los actos mágicos, sino que también cada grupo de creencias religiosas contaba con su Magia particular". Para respaldar su afirmación Caro Baroja demuestra que la magia y la religión en Grecia y en Roma formaban parte de un único sistema.8
Caro Baroja concluye:9
Creo que sólo un abuso de método es el que ha convertido a la Magia en conjunto (y a la Magia clásica en particular) en materia que puede quedar totalmente al margen o sólo circunstancialmente adherida a la Religión, susceptible por tanto de estudio aislado. La realidad es que una y otra han estado unidas de modo mucho más estrecho de que se da entender aun en la generalidad de los tratados y así resulta que los campos de acción de una y otra se interferían. Podemos admitir, sí, en bloque, que el campo en el que opera más el pensamiento mágico es el campo del deseo y de la voluntad que ha roto otros vínculos, y que en tanto en cuanto la mente humana se somete de modo fundamental a ideas de acatamiento, agradecimiento y sumisión, sigue dentro del campo de los sentimientos religiosos.
Ahora bien, en un caso u otro, dentro de la vida práctica, entre el sujeto que desea una cosa, buena o mala, incitado por odio o amor y el objeto de su deseo, suele interferirse con frecuencia un tercer elemento que, en unos casos, es esencialmente mago o hechicero y en otros sacerdote. Uno conjura, el otro normalmente ora y sacrifica. Pero a veces también, el sacerdote recurre a prácticas mágicas, a conjuros y el mago a oraciones y sacrificios. [...] A veces, también se combinan un conjuro y una oración, o se suceden. La fluidez de los pensamientos y de las emociones impide dar, pues, valor decisivo a toda separación rígida y formalista de los hechos mágicos y religiosos... Impide también establecer un orden sucesorio cronológico que permita decir que, siempre, un procedimiento (el mágico, por ejemplo) es anterior a otro (el religioso) o viceversa.
Historia de la magia
Véase también: Brujería
El término magia deriva de magi, uno de los elementos religiosos incorporados por los magos en la antigua Babilonia. Hubo magos en Roma, en Grecia y en casi todo el mundo occidental y oriental de la Antigüedad, cuando la magia o hechicería populares estaban relacionadas con antiguos ritos de fertilidad e iniciación en el conocimiento en los pueblosllamados bárbaros, principalmente los chinos.
La magia y la hechicería estaban ligadas también a las creencias de pueblos orientales muy antiguos, en los que el mago o brujo era a la vez un sanador y un conocedor del mundo invisible de los espíritus y desempeñaba un papel preponderante en la comunidad.
En Grecia y Roma los adivinos y magos no tenían ya nada que ver con los chamanes, aunque eran consultados sobre todo por los poderes de adivinación de los que se creía estaban dotados.
En la Europa medieval la magia estuvo relacionada con la alquimia y la astrología, actividades ocultas consideradas demoníacas por la Iglesia Católica, y que fueron objeto de persecución especialmente durante la Baja Edad Media y la Era Moderna. Unas 500.000 personas [cita requerida] resultaron procesadas y gran parte ejecutadas por tribunales civiles y religiosos, acusadas de brujería, a lo largo de casi cinco siglos.
Debe señalarse que ninguna de las grandes religiones acepta las prácticas de la magia (sí consideran que la magia existe como tal), tampoco otras creencias cristianas. En lo que respecta a las religiones judeocristianas en particular, se encuentran bastantes referencias negativas a los magos en el Antiguo y Nuevo Testamento.
El hermetismo (llamado la antigua ciencia en el medievo) influyó en el pensamiento del Renacimiento. Esta pseudociencia se vincula, en algunos aspectos, con el mantenimiento de antiguas creencias que, como la magia, conducían al conocimiento y manejo de las leyes espirituales del universo. En 1463, Cosme de Médici encargó la traducción de la obra de Hermes Trimegisto, que se suponía escrita en el antiguo Egipto pero que, para muchos, data de los primeros siglos de la era cristiana y que es la piedra angular del movimiento hermético o gnóstico (de gnosis, conocimiento).
La adivinación mediante el tarot fue una actividad frecuente en el nacimiento de la Era Moderna y los sistemas de símbolos desarrollados por los cartománticos para el conocimiento de la realidad presente y futura son claramente deudores de otros métodos de adivinación practicados por los magos, entre ellos la lectura del vuelo de las aves y de las entrañas de los animales sacrificados.
Prácticas de simple hechicería, adivinación, astrología, lectura de barajas y de libros oraculares como el antiquísimo I Ching de los chinos, o el alfabeto rúnico de losescandinavos, aspectos del hinduismo, el yoga y hasta la creencia en la divinidad de civilizaciones extraterrestes y su presencia entre los humanos constituyeron desde mediados del siglo XX un conglomerado débilmente articulado que se conoció como movimiento de la Nueva Era (en inglés New Age).
La magia (del latín magīa, derivado a su vez del griego μαγεία mageia, ‘cualidad de sobrenatural’, probablemente del antiguopersa maguš, que contiene la raíz magh-, ‘ser capaz’, ‘tener poder’, haciendo referencia a la antigua casta sacerdotal persa y a su vez del sánscrito maga, ‘ilusión’, de la raíz may, ‘obrar’, ‘mover’)1 2 3 es el arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.
Contextualización de la magia
Inversamente a la Teología, Filosofía y a las ciencias ortodoxas que versan e importan sobre las causas, la magia, para autoformularse y autodefinirse, se define como la manifestación de la supuesta veracidad maravillante de algunos efectos que no requiere averiguar sus causas. Conocer las causas o que el efecto no sea maravilloso extingue la magia y el pensamiento mágico migra a otros tipos de pensamiento, (de los supuestos «efectos mágicos» se deriva la metonimia histórica con la medicina y la farmacología).
A través de la aceptación de la existencia de la magia, se acepta implícitamente a ésta como la causa abstracta o seudoabstracta del efecto mágico, como un principio o verdad primaria a partir del cual se desarrolla toda la parafernalia seudológica. Desde tiempos muy remotos, se aspira a develar, a conocer y a usar lo que presumiblemente estaríaoculto a los sentidos (Cognición), oculto a la percepción sensorial clásica, a la lógica, a la razón y al criterio. Estos son, como mínimo, los tres elementos esenciales a la magia genérica:
- Un «efecto» que se percibe como «maravilloso» cuya causa sea desconocida e «inexplicable» en el momento considerado.
- La magia no busca axiomas imperativos, una antonomasia de la magia es el tópico del «objeto que aparece de la nada» o por arte de magia, la magia es la causa misma.
- Entre sus atribuciones funcionales más antiguas y características (arquetipo) estaría la facultad de la adivinación, que no se debe conceptualizar junto con la profecía.
La magia, en su acepción más arcaica, es disidente del axioma racional que afirmaría que el universo estaría exclusivamente gobernado por las «leyes naturales o materiales» conocidas o por conocer y habitado solo por la materia. Esta magia arcaica, con un criterio inherente de dualidad espíritu-materia, dio origen al pensamiento mágico y en el entorno de las primeras civilizaciones, a dos clasificaciones evolutivas de la magia, historialmente llamadas «magia natural» y «magias no naturales o filosofías ocultas».
Magia natural y magias no naturales o filosofías ocultas
En algún momento de la historia de la humanidad, estos dos conceptualismos de la magia comenzaron a divergir. El dramaturgo Lope de Vega, en su libro Pastores de Belén, dedicó unos párrafos para describir literariamente las diferencias de estos conceptos en la cultura de su época:
«(...) La Magia natural no has de entender, que es aquella en que se consultan los infernales espíritus, con tan infame nombre como le han dado en las divinas y humanas letras (...) Los maléficos son aquellos que usan sangre, víctimas y cuerpos muertos, como la Pitonisa, que a Saúl le truxo el cuerpo de Samuel, para que le respondiere. Verdad es, que ya el nombre de Magos, se va introduciendo por los que exercitan lo que digo, como la Astrologia por abuso ha venido a ser vituperada, siendo lo mismo que la Astronomia: y a si dicen algunos que Pitágoras, Empedocles, Democrito y Platón fueron llamados Magos, a la manera de Zamolxis y Zoroastro, el hijo de Oromasco. (...)»
Magia natural: Fueron definidos como «la magia natural» todos los fenómenos naturales observables en los cuales interviniera o estuviera presente la materia aunque fueran inexplicables. Así fue considerada y desarrollada la astrología por los persas, cuyos artífices eran llamados «los mágicos o magos», ésta devino en la astronomía. Aún en el siglo XVII el célebre pedagogo y físico alemán Gaspar Schott (jesuita) titulaba sus textos de física (que él mismo elaboraba y luego impartía a su alumnado) «magia acústica y magia óptica» (escritos en latín), en clara alusión al recuerdo del significado etimológico arcaico de la «magia natural», frase reservada en latín para aludir a la fenomenología física todavía inexplicable científicamente en su tiempo, como la luz y el sonido.
Magias no naturales, teologías o filosofías ocultas: En síntesis, una posible definición genérica sería la «idea de establecer un contacto de relación con cualquier tipo de entidad espiritual o mecanismo sobrenatural». Contactos de relación, tales como la invocación, evocación, adivinación, numerología o las cábalas, entre muchos otros. Otra clasificación subjetiva y arcaica establecería a las entidades y mecanismos sobrenaturales.
Véase también: Ciencias ocultas
Etiologías de la magia
Pensamiento mágico: La magia se constituye, como primera etiología, en la matriz del Pensamiento mágico mediante el cual se presume la capacidad de percibir y de efectuar alteraciones físicas o psíquicas de toda índole, a voluntad o sin ella, no siempre sujetas a las leyes de la naturaleza.
Entidades materiales y espirituales: El rayo, el fuego, el sol, la oscuridad, estrellas, terremotos, espíritus o almas que habitarían el aire, el agua, bosques, cuevas, elfirmamento, lugares específicos de la tierra, etc. Se supone actualmente que durante la prehistoria, para la interacción con la «magia de la naturaleza» y con las «magias o filosofías ocultas» se habrían servido los «mágicos» de procedimientos metódicos, en ocasiones rituales, donde se usarían palabras específicas o reservadas e instrumentos dedicados, en ocasiones consagrados, a la intervención o mediación de las entidades materiales y espirituales sobrenaturales de cualquier tipo y que constituyen una segunda etiología.
La magia en la Antropología
La magia según Frazer
Según Frazer, el pensamiento en el que se fundamenta el concepto de la magia consiste en un conjunto de prácticas y creencias a los que individuos de una sociedad recurren para crear un beneficio o conseguir un fin, relacionándolas a su vez con cierto orden en la naturaleza, ya sea como grupo, cuando una limitante natural afecta severamente en la organización social del mismo (una sequía o la infertilidad) (hechicería), o a nivel individual, cuando se requiere, por ejemplo, deshacerse de un enemigo que amenaza la vida (tabú).
Los evolucionistas distinguieron notablemente las profesiones públicas bajo las que se constituía una u otra sociedad;
- La función del mago desempeñó en muchas sociedades un papel fundamental en la toma de decisiones importantes.
- Los consejos de mayores, distinguiéndose en general la tendencia a los consejos de mayores, quienes representaban la cabeza de gobierno de las sociedades «salvajes».
Representó un punto medular en los estudios que trataron de comprender la organización de sociedades no occidentales que contrastaban con las occidentales. Se puede dividir en dos vertientes de análisis, por los procesos mentales, según los principios abstractos en los que se basa la práctica de la magia, bajo una ley denominada de empatía.
Es por esta razón que en esta línea de pensamiento la magia es predecesora a la religión en una escala evolutiva, es decir, que la magia corresponde a un estadio de grado de evolución de ciertas sociedades consideradas salvajes y la religión a otras que se suponen con mayor grado de civilización. He ahí el interés de su estudio, que trató de comprender el punto en que la magia deja de ser tal para convertirse en religión y así marcar un avance social hacia otro estadio evolutivo.
Frazer entiende a la magia como la expresión de reglas que determinan la consecución de acontecimientos en todo el mundo, como magia teórica; y considerada como una serie de reglas que los humanos cumplirán con objeto de conseguir sus fines, como magia práctica. Esta se divide en dos tipos, cada uno de ellos se funda bajo los principios de semejanza y contacto:
- Magia imitativa. Relacionada a que lo semejante produce lo semejante. Esto se refiere a los efectos provocados a algo o a alguien semejaran a las causas que lo provocaron, se puede abarcar desde quién usa la magia, quién la práctica, hasta con qué fines.
- Magia contaminante. Que se alude a las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan recíprocamente a distancia uniéndolas por siempre un lazo, después de haber sido separadas, también presente en la Homeopatía.
Para llegar a un entendimiento es necesario recurrir a ejemplos que puedan figurar dentro de estos esquemas. En La Rama Dorada de Frazer, en todo momento refiere ejemplos de sociedades exóticas, por así llamarles, que hasta cierto punto parecen estar intactas ante el mundo occidental, aunque lo cierto es que estas sociedades se encontraban ya teniendo contacto con el hombre occidental, quien se hallaba colonizando sus territorios.
Frazer considera que los principios de asociación de ideas aplicados de manera errónea producen la magia, a la que incluso considera como «hermana bastarda de la ciencia».[cita requerida]
La magia según Caro Baroja
Según Julio Caro Baroja la magia —como la religión en general— deriva de la "concepción primaria del mundo y de la existencia" que se caracteriza por una visión "dramática de la Naturaleza, en la que lo divino y demoníaco, el orden y el caos, el bien y el mal, se hallan en pugna constante y con una existencia ligada al hombre mismo". El hombre primitivo—o mejor, primigenio— no considera la Naturaleza "en abstracto como algo impersonal, indiferente y articulado" sino que para él es "algo directo, emocional e inarticulado. Es un ser al que el hombre se dirige como en segunda persona: no es «él» («el cielo», «la tierra»), es «tú»".4
La consecuencia de esta visión "dramática" o "vital" de la Naturaleza fue "que en muchos pueblos de Europa y también de otros continentes, el cielo, el firmamento azul, el día iluminado, se asociaron a la noción de un principio superior, ordenador, masculino y paternal, a la idea de una divinidad suprema en suma" —como Zeus o Júpiter del panteón grecorromano—, y en el que el sol representaba ideas tales como "fuerza, belleza, vigor, la vida en suma". Por el contrario la luna, la noche y la tierra se asocian con un principiofemenino, con la muerte y con los infiernos. La luz de la luna, a diferencia de la del sol, es fría e indirecta, muerta; durante la noche la vida se paraliza y reina la muerte; la tierra es donde residen las almas de los difuntos que aparecen por la noche y debajo de ella viven los seres del inframundo, de los infiernos, pero además es la madre de todo —principio femenino— del mismo modo que el firmamento es el padre —principio masculino—, lo que ha dado lugar al culto a diosas madres "con carácter ctónico y con carácter lunar".5
Así la "concepción primaria del mundo y de la existencia" se articula en torno a dos sistemas: "uno, el que forman el Cielo de un lado como elemento masculino, expresión de lapaternidad, de la autoridad superior y el otro la Tierra como elemento femenino, expresión de la maternidad y de la fecundidad. El otro sistema es el que constituye el Sol y el Díacomo Vida, como Fuerza, como Bien y la Luna y la Noche como Muerte y como Mal; como elemento femenino asimismo, pero no tan fecundo como la Tierra". En estos dos sistemas quedan encuadrados no sólo los fenómenos físicos, sino también los hechos morales, porque "sólo un pensamiento analítico llega a separar al fin lo natural de losmoral de modo absoluto".6
Magia y religión
Según Caro Baroja, durante mucho tiempo se sostuvo la tesis de que el pensamiento mágico era más antiguo o primitivo que el pensamiento religioso y que los procedimientos mágicos (benéficos o maléficos) "eran anteriores, en conjunto, a los procedimientos propios de las sociedades con una religión organizada y con ritos adecuados para impetrar el favor de la Divinidad o de las divinidades. Del conjuro con que se expresan la voluntad y el deseo... se pasó a la oración, que implica acatamiento y vasallaje". Frazier fue el autor que acabó de perfilar esta teoría, aunque era consciente de que los hechos que se reputaban como mágicos muy a menudo se daban asociados a los considerados como religiosos. En ese caso daba por sentado que los primeros correspondían a una fase diferente y anterior a la de los segundos.7
Frazer consideraba que el primer golpe que transformó a la humanidad, para desistir de la magia como regla de fe y práctica, fue reconocer «su impotencia para manejar a placer ciertas fuerzas naturales que hasta entonces se habían supuesto dentro de su mandato».[cita requerida] Dentro de esta concepción es posible entender que la inteligenciade los hombres comenzaba a percibir que la práctica de la magia no producía precisamente los resultados esperados, que con anterioridad significaban una realidad. A esto le siguió un largo período de un pensamiento reflexivo que hizo la transición hacia la religión de manera gradual, por el mayor conocimiento de las fuerzas con un poder superior al del hombre y el desarrollo del conocimiento. Frazer concluyó que el paso definitivo de la magia a la religión se da en «la confesión de la entera y absoluta dependencia del hombre con respecto a lo divino»,[cita requerida] culmina con la sumisión del hombre ante la inmensidad del universo.
Julio Caro Baroja afirma, por el contrario, que religión y magia en el mundo antiguo formaban parte de un único sistema. Señala que a Frazer y a sus continuadores ya les resultó muy difícil "separar lo estrictamente mágico de los religioso, en sistemas tales como el de la religión de los egipcios, caldeos y otros pueblos antiguos. Y lo que se deducía a la postre de su inmensa colección de datos y de otras colecciones parecidas era que no solamente los ritos religiosos estaban unidos con enorme frecuencia a los actos mágicos, sino que también cada grupo de creencias religiosas contaba con su Magia particular". Para respaldar su afirmación Caro Baroja demuestra que la magia y la religión en Grecia y en Roma formaban parte de un único sistema.8
Caro Baroja concluye:9
Creo que sólo un abuso de método es el que ha convertido a la Magia en conjunto (y a la Magia clásica en particular) en materia que puede quedar totalmente al margen o sólo circunstancialmente adherida a la Religión, susceptible por tanto de estudio aislado. La realidad es que una y otra han estado unidas de modo mucho más estrecho de que se da entender aun en la generalidad de los tratados y así resulta que los campos de acción de una y otra se interferían. Podemos admitir, sí, en bloque, que el campo en el que opera más el pensamiento mágico es el campo del deseo y de la voluntad que ha roto otros vínculos, y que en tanto en cuanto la mente humana se somete de modo fundamental a ideas de acatamiento, agradecimiento y sumisión, sigue dentro del campo de los sentimientos religiosos.
Ahora bien, en un caso u otro, dentro de la vida práctica, entre el sujeto que desea una cosa, buena o mala, incitado por odio o amor y el objeto de su deseo, suele interferirse con frecuencia un tercer elemento que, en unos casos, es esencialmente mago o hechicero y en otros sacerdote. Uno conjura, el otro normalmente ora y sacrifica. Pero a veces también, el sacerdote recurre a prácticas mágicas, a conjuros y el mago a oraciones y sacrificios. [...] A veces, también se combinan un conjuro y una oración, o se suceden. La fluidez de los pensamientos y de las emociones impide dar, pues, valor decisivo a toda separación rígida y formalista de los hechos mágicos y religiosos... Impide también establecer un orden sucesorio cronológico que permita decir que, siempre, un procedimiento (el mágico, por ejemplo) es anterior a otro (el religioso) o viceversa.
Historia de la magia
Véase también: Brujería
El término magia deriva de magi, uno de los elementos religiosos incorporados por los magos en la antigua Babilonia. Hubo magos en Roma, en Grecia y en casi todo el mundo occidental y oriental de la Antigüedad, cuando la magia o hechicería populares estaban relacionadas con antiguos ritos de fertilidad e iniciación en el conocimiento en los pueblosllamados bárbaros, principalmente los chinos.
La magia y la hechicería estaban ligadas también a las creencias de pueblos orientales muy antiguos, en los que el mago o brujo era a la vez un sanador y un conocedor del mundo invisible de los espíritus y desempeñaba un papel preponderante en la comunidad.
En Grecia y Roma los adivinos y magos no tenían ya nada que ver con los chamanes, aunque eran consultados sobre todo por los poderes de adivinación de los que se creía estaban dotados.
En la Europa medieval la magia estuvo relacionada con la alquimia y la astrología, actividades ocultas consideradas demoníacas por la Iglesia Católica, y que fueron objeto de persecución especialmente durante la Baja Edad Media y la Era Moderna. Unas 500.000 personas [cita requerida] resultaron procesadas y gran parte ejecutadas por tribunales civiles y religiosos, acusadas de brujería, a lo largo de casi cinco siglos.
Debe señalarse que ninguna de las grandes religiones acepta las prácticas de la magia (sí consideran que la magia existe como tal), tampoco otras creencias cristianas. En lo que respecta a las religiones judeocristianas en particular, se encuentran bastantes referencias negativas a los magos en el Antiguo y Nuevo Testamento.
El hermetismo (llamado la antigua ciencia en el medievo) influyó en el pensamiento del Renacimiento. Esta pseudociencia se vincula, en algunos aspectos, con el mantenimiento de antiguas creencias que, como la magia, conducían al conocimiento y manejo de las leyes espirituales del universo. En 1463, Cosme de Médici encargó la traducción de la obra de Hermes Trimegisto, que se suponía escrita en el antiguo Egipto pero que, para muchos, data de los primeros siglos de la era cristiana y que es la piedra angular del movimiento hermético o gnóstico (de gnosis, conocimiento).
La adivinación mediante el tarot fue una actividad frecuente en el nacimiento de la Era Moderna y los sistemas de símbolos desarrollados por los cartománticos para el conocimiento de la realidad presente y futura son claramente deudores de otros métodos de adivinación practicados por los magos, entre ellos la lectura del vuelo de las aves y de las entrañas de los animales sacrificados.
Prácticas de simple hechicería, adivinación, astrología, lectura de barajas y de libros oraculares como el antiquísimo I Ching de los chinos, o el alfabeto rúnico de losescandinavos, aspectos del hinduismo, el yoga y hasta la creencia en la divinidad de civilizaciones extraterrestes y su presencia entre los humanos constituyeron desde mediados del siglo XX un conglomerado débilmente articulado que se conoció como movimiento de la Nueva Era (en inglés New Age).